miércoles, 31 de enero de 2018

101. Hotel ( II )

Te levantas a apagar la luz general para encender la luz de la mesilla. Te veo de espaldas y decido levantarme y rodearte con los brazos, dejándote pegada a la pared. Me aparto un momento y no puedo hacer otra cosa que morderme el labio al verte ahí apoyada, como si posaras para mí, tocada levemente por la luz de la estancia. Y cómo me miras con esos ojos sin fondo...
Nos lanzamos el uno al otro, directamente hacia nuestras respectivas bocas, agarrándonos con fuerza sin percatarnos de esta. Te toco el pelo, la cadera, el culo. Agarro con todas mis fuerzas mientras soltamos quejidos de placer, de ganas, de tener que haber hecho esto antes.
Seguimos el camino de nuestra intuición pasional y caemos en la cama, frente a frente, mientras nos desnudamos ayudándonos de manera infantil, como si hubiésemos olvidado cómo quitar un botón o bajar una cremallera. Yo no cabía en mi placer, en mi lujuria, era incapaz de pensar en otra cosa que no fuese tu cuerpo o tu boca. Y qué boca. Habías conseguido lamer cada parte de mi cuello y morderme el labio varias veces. Hubiese querido no despegarme jamás de tus carnosos labios, perfectos a mi parece y que me volvían loco. 
Rozábamos con nuestros cuerpos el máximo porcentaje de piel del otro. Frotábamos nuestro sexo aún con ropa interior, siguiendo un tambaleo irracional llevado por nuestros impulsos animales. Me apretaba el calzoncillo y me desnudé del todo mientras tú me seguías besando con fuego. Pocas veces me había sentido tan excitado y empalmado como aquella. 
Te levantaste sobre tus rodillas un momento para quitarte el sujetador mientras nos mirábamos a los ojos. Seguía sin ver el fondo de los tuyos, pero sí sentía su calor. Y yo ahí, tumbado, disfrutando del momento, de las vistas, del calor, de tu pasión. Pude ver tus pechos y eran mucho mejores de lo que había imaginado. Me lancé a ellos nada más verlos para lamerlos y meterlos en mi boca tanto como podía. Jugué con tus pezones en mi boca, los mordía y nos paraba de sujetar ambos a la vez, yendo de uno a otro con mis labios. Tú me agarrabas la cabeza y la espalda con fuerza. Comenzaba a notar tus uñas en mi piel pero el dolor no me importaba, ni me importaría el resto de la noche.

Continuará...

jueves, 25 de enero de 2018

100. Lo único que tengo

No sé qué es esto salvo mi cuerpo descamisado en una tarima llena de humo e iluminada por los focos. Borracho, drogado y hambriento. Me movía de un lado a otro buscando manos, sonrisas, escotes y diamantes. Puro ego y vacileo. Me teletransporto con estas movidas, estos estados somnolientos y dejo a mi mente volar, ya cansada, soltando su último aliento. Otro día puedo ser médico, político, piloto, pintor, granjero o leñador. Puedo ser lo que me da la gana en este estado y en este medio. Y tú lo lees y aceptas en tu evolucionada mente dejarte llevar por la misma imaginación que a mí me viene. Esto es un juego de dos: sin lector no hay escritor y viceversa. El milagro del lenguaje y de la comunicación es puramente humano. Tú eres porque yo soy y al revés y no, no es ningún truco de magia, eso no existe. Esto, lo que ves, es real. Igual que mis ojos lo vieron lo ven ahora los tuyos. Puedo ser mil personajes, mil lugares y épocas. Que no te dejen jamás encarcelar tu cabeza, jamás, es lo único que tienes. 

lunes, 15 de enero de 2018

99. ¿Noche tras noche? ¿Habré retrocedido en el tiempo?

AVISO: divagación nocturna de mierda.

Siempre que tengo días introspectivos (que suelen ser muchos) pienso en cómo serán estos días para el resto, para vosotros, por si pensamos sobre las mismas cosas y reflexionamos sobre los mismos temas.
Asumo que, siendo todos coetáneos, es fácil que ocurra, por lo que podemos afirmar en gran medida que existe un pensamiento coral.
Muchos lo sabréis. Sí, soy un pesimista redomado, pero lo soy en términos generales, para con la sociedad o la humanidad. Luego considero que a mi alrededor esto no es así. ¿Por qué? Porque conozco gente, a muchos de vosotros, y veo valores, tanto individuales como colectivos, que hacen que se me caiga la baba. Veo talento, esfuerzo, ambición, generosidad...Muchos sois como me gustaría ser así y eso me hace pensar que estoy bien rodeado.
Pero bueno, al hilo, que no me quiero poner sentimental. Muchos pensamos en las mismas cosas porque, a pesar de la multiplicidad de la existencia, lo que nos preocupa o lo que nos mueve viene a ser lo mismo (reafirmando lo comentando anteriormente). Véase por ejemplo el ser "alguien" en la vida, como nos dijeron nuestros padres siendo pequeños: estudia, consigue un buen trabajo, haz que nos sentamos orgullosos. A todos nos ronda la cabeza cada día eso de ser "alguien". ¿Cómo se es "alguien"? ¿No lo somos ya? Estudia, trabaja, sonríe, paga facturas, come bien, haz ejercicio, llama a tu madre, ve a ver a tu abuelo, revisa el coche...etc etc. Hasta aquí creo que todo claro.
Luego, en otro tipo de reflexiones llegamos a cosas cómo ¿Hasta dónde llegará la ciencia? ¿Qué puedo aportar yo al mundo para que sea un lugar mejor? ¿Alcanzaré mis sueños? ¿Existe la realidad tal y como la conocemos? ¿Por qué si tenemos unos políticos hay tantos problemas en las democracias? Son todo ejemplos que creo que se le vienen a la mente a cualquiera.
Pero, más al fondo, la naturaleza humana guarda secretos inconfesables. Todos tenemos de esos. Por aquí rondarán violadores, pedófilos, personas que han intentado suicidarse, otros tantos que querrán matar, otros tantos que se avergüenzan de hacer público algún día que apoyan el fascismo porque le ven lógica, o que verían como bueno un golpe de estado violento, o que realmente cree en el supremacismo de ciertas personas por raza, sexo o vete tú a saber qué. Esta naturaleza, a priori oscura, existe en todos y cada uno de nosotros. ¿Es por ello la naturaleza humana oscura? No, no lo creo. Igual que un hombre no tiene la culpa de haber nacido hombre, un negro de haber nacido negro o un mexicano de haber nacido en México nosotros, los seres humanos, no tenemos la culpa de haber nacido humanos, de tener esta naturaleza, de tener estos pensamientos corales que pueden ser tan normales y comunes como tener otros tantos más alejados de la moral dominante.

Esto iba a ponerlo en mi facebook, pero he empezado a divagar y...ya sabéis cómo sigue la cosa.