Cada noche de verano recuerdo por qué lo odio.
Siendo una persona activa, continuamente ociosa y sin
mucho tiempo para más, al llegar el verano y sus noches retomo sentimientos
dejados en septiembre, además de demasiados recuerdos. Melancolía, esa jodienda
de sentimiento, la sensación de perder el tiempo continuamente, el
arrepentimiento…qué de mierda en un momento para una cabeza acostumbrada a los
tumbos.
Y lo de siempre…¿qué me falta? ¿qué es?…lo sé de sobra
pero no muevo un dedo, hasta que llegue el día en que todo reviente y tenga que
disculparme con demasiadas personas, porque ahí abriré la boca para no callarme
hasta que mi conciencia me libre de tanto veneno.
Mientras tanto, objetivamente me preparo para ese
momento, de buena manera, pero sigue sin llenarme, demasiado exigente soy ahora
con demasiadas cosas y, depende del qué, conmigo mismo. Eso sí, cambian los
focos de exigencia a valores cada vez más tangibles…… ¿o quizá no?
Bah…seguiré en mi burbuja ya conocida un verano más
hasta que la humanidad implosione de una puta vez. Traedme unos fideos chinos
mientras, que la madrugada me da hambre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario