Ignorante de mí, osado de mí, pensaba que ya era
consciente de todo.
La esfera de bienestar se rompía, volvía al acantilado,
dentro y fuera de mi consciencia. Ya había jugado antes en terrenos pantanosos,
con más en contra que a favor y con las circunstancias hilando demasiado fino,
pidiendo que estés con mil ojos incluso durmiendo, en plena guerra, en un
Vietnam lluvioso y jodido como ninguno. Lo bueno es que hasta en el Vietnam
bélico y pantanoso sale el sol, formando sombras largas y afiladas.
Demandaba tiempo y ahora lo tengo. Ante la falta de
efectivos creo que ya tomé las decisiones pertinentes siendo estas las
adecuadas. Necesito ponerme en marcha para poder adentrarme en la maleza, pero
quizá esta no me espere y me pille con la defensa baja. De nuevo actuará doña
fortuna, el factor que siempre escapa a mi control, vaya.
A veces creo que sigo de vacaciones, osado de mí diré
que la vida no me ofrece dificultades reales, hasta ahora, que mi único
objetivo es aguantar el presente, pues el futuro ya llegará. Joder, todo llega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario